Una infección de las vías urinarias es aquella que se puede presentar en cualquier parte a lo largo de las vías urinarias.
Es causada por gérmenes, en general bacterias, que suelen ingresar a la uretra y luego a la vejiga, causando una infección.
La ITU puede ser alta o baja.
La infección urinaria alta es la que compromete los riñones suele ser más grave y requiere de un tratamiento más intensivo. No suele presentarse en personas sanas.
La infección urinaria baja compromete la vejiga y la uretra. Es más frecuente en mujeres que en hombres. En pacientes con enfermedades crónicas, ancianos, o embarazadas puede ser seria y hasta requerir internación. Los síntomas más frecuentes de una infección urinaria son:
- Sensación de dolor o ardor al orinar.
- Sensación de necesidad imperiosa de orinar, pero no poder hacerlo.
- Presión o calambres en la parte inferior del abdomen (por lo general en la mitad) o en la espalda.
- Sensación de necesidad de orinar más a menudo que lo habitual, incluso poco después de haberlo hecho.
- En ancianos o niños pequeños puede haber incontinencia (pérdida involuntaria de orina).
- Renal sistema
En caso de infecciones urinarias altas los síntomas pueden incluir:
- Fiebre.
- Escalofríos y temblores o sudores nocturnos.
- Sensación de malestar general.
- Dolor de costado, en la espalda o la ingle.
- Cambios mentales o confusión (en las personas ancianas, estos síntomas a menudo son los únicos signos de una infección urinaria).
- Náuseas y vómitos.
- Dolor abdominal intenso (algunas veces).